TAO, EL ALMA
SECRETA DEL TAI-CHI
Autor: Félix Bargados.
“A través del perfecto vacío, vivimos el
perfecto lleno”
No hace falta saber de una teoría, para funcionar
en base a ella.
Sería como pensar que hay que saber de digestiones para poder hacer una digestión.
Sería como pensar que hay que saber de digestiones para poder hacer una digestión.
La naturaleza no sabe de teorías, y estas, en
realidad, le traen sin cuidado.
Quiero decir con esto que, por ejemplo, aunque no
sepamos lo que es el idealismo, nuestra mente funciona en base al mismo, y ese pedrusco en el zapato es el que nos lleva a considerar al Universo como algo tristemente separado
de nosotros. Esta es en consecuencia, la impostura que nos conduce a creer más en el mundo virtual que en el real. Tanto como para no dar por bueno algo hasta que no lo digan en la televisión.
-Mama, en la televisión dicen que todos somos una panda de idiotas.
-Si lo ponen en la televisión, será que es verdad, cielo.
Acabamos por creer más en el mundo interno de la cabeza que en el real, y como consecuencia, a querer enfrentarnos y dominar, controlar, etiquetar, encorsetar, con nuestras molleras el mundo externo y el ritmo cambiante de todo lo que nos rodea por dentro y por fuera.
-Mama, en la televisión dicen que todos somos una panda de idiotas.
-Si lo ponen en la televisión, será que es verdad, cielo.
Acabamos por creer más en el mundo interno de la cabeza que en el real, y como consecuencia, a querer enfrentarnos y dominar, controlar, etiquetar, encorsetar, con nuestras molleras el mundo externo y el ritmo cambiante de todo lo que nos rodea por dentro y por fuera.
Comprender este misterio íntimo ya es bastante logro de la humanidad, y supone
plantar cara al cruce de caminos de dos VOLUNTADES implacables que actúan sobre el hombre (y la mujer):
LA “VOLUNTAD”
DEL MUNDO. El destino natural del mundo o simplemente la naturaleza, siempre dispuesta a incordiar, alterando nuestras intenciones. O sea, los inconvenientes, o en definitiva, las circunstancias que el mundo
presenta en contraposición ante lo que uno mismo desea hacer. Ya sabe, lo de la
filosofía de Murphy y sus leyes de la "mala pata"… siempre hay que perder algo para conseguir algo que se desea más. La tendencia natural de que si algo
puede torcerse se torcerá. Si espera el autobús para ir hacia la derecha pasará
primero el de la izquierda. Y… si le
cae la tostada, siempre lo hará por el lado de la mantequilla hacia abajo.
Armonizar con esa segunda voluntad que lo impregna
todo, incluido nuestro cuerpo y mente, es lo que se dice, seguir el auténtico
sentimiento y el delicioso sabor del TAO.
TAO en chino, TAO del TAI-CHI-CHUAN.
DO en japonés. A saber: JU-DO, AIKI-DO, KARATE-DO, etc…
DO en japonés. A saber: JU-DO, AIKI-DO, KARATE-DO, etc…
Armonía, armonía, pero…¿alguien sabe quien es esa señora?
Se la presentaré poco a poco. Armonía supone estar
en buena relación con algo.
Lo grande se entiende desde lo pequeño, lo alto se
entiende desde lo bajo, y así es como se entiende el chascarrillo de que el
colmo de un enano sea que le pare un policía a la orden de ¡ALTO!
Entonces el TAO se oscurece por la necedad del “esto si, esto no”, “esto es, esto no es”.
Para armonizar tanto en el TAI-CHI-CHUAN como con
el mundo real, habría que comenzar con una mirada inocente, aceptando con claridad y calidez los dos
opuestos de cualquier cuestión, porque ambos son las dos patas de un mismo
mundo. Este “Camino del Medio” se basa en no aferrarse sólo a una y rechazar la
otra, no aceptar sólo bueno y despreciar lo malo, porque eso sería empezar con
mal pie izquierdo para la buena relación con el mundo y con la realidad.
Por el contrario, hay que empezar muy consciente echando
luz tanto en lo bueno como en lo malo, desde el marco de una mente vacía y
libre de opuestos. Que está entre ambos y los incluye. Y después, adaptación.
-Papá tengo dos noticias, una
buena y una mala. La buena es que he aprobado todas las asignaturas.
-¿Y la mala?
-Que es mentira.
Aceptar no sólo lo bueno, sino también lo malo de
cada asunto, aumenta nuestra comprensión. Y quizá debamos comprender el temor
del niño a fracasar y a comunicar el fracaso, en vez de simplemente evitarlo.
Las personas conocemos las cosas en alta resolución,
por los contrastes. Por ejemplo, bueno frente a malo.
Rechazar lo malo y aceptar lo bueno, a muchos
efectos, parece ser lo correcto.
Pero la verdadera liberación es preferir lo bueno, y aceptar ambos.
Estar cómodo con las comodidades y cómodo con las incomodidades.
Estar cómodo con las comodidades y cómodo con las incomodidades.
Aceptar tanto el día soleado como el día lluvioso. Ambos
días tienen algo de bueno.
Y esto me hace recordar a la vieja llorona, que
avivando el fuego de la pena, pasaba todo el día llorando hasta empapar sus vestidos,
porque cuando hacía sol, su hijo que vendía paraguas estaría en paro. Y cuando
llovía, su hijo vendedor de zapatos, no tendría venta.
La enigmática filosofía del TAO aconsejaría estar
siempre contentos. Todo depende de cómo se miren las cosas. Aceptar el aspecto
desventajoso, vale bien; pero sobre
todo, en cuanto a la vieja llorona, tener la capacidad de estar agradecida
cuando llueve porque su hijo vendería paraguas, y también cuando hace sol
porque su hijo vendedor de zapatos haría el agosto.
Y en último término, si comenzamos a mirar en la
profundidad de las cosas veremos que los opuestos que definen las cosas del
mundo no son opuestos sino complementarios de una única unidad vacía de opuestos, tan sutil que los une, esta unidad es el tan
misterioso como simple TAO…que por cierto, no padece de la enfermedad
mental de los contrastes superficiales, y de las identificaciones mentales que
no son más que contrastes. Y son el opio del hombre común.
Por eso el
TAO yace oculto a los ojos del hombre común bajo la realidad aparente, encontrándose
camuflado bajo el velo de la realidad superficial.
Y entonces
no se deja ver, sólo se puede intuir si estamos muy despiertos y atentos. Porque
la armonía del mundo real, del TAO, es la singularidad, la ausencia sincera de
contrastes, sin frente ni revés.
Y es que son los contrastes que nuestra mente
ordinaria identifica, los que camuflan el reino sublime del TAO.
-Oiga ¿tiene trajes de
camuflaje?
-Si pero llevo un año
buscándolos y no los encuentro.
Nuestro flamante espíritu original camuflado bajo
la doblez de la realidad ordinaria y el mundo mundano, se recupera en toda su belleza, cuando la
mente analítica se abandona por fin a la totalidad, aligerada de del lastre de los contrastes.
Y el TAO es la previa y definitiva unidad suprema a los opuestos, vacía y libre del pesado equipaje
de todos los contrastes.
Se dice que, en el curso natural del TAO, la esencia
precede a la existencia. Y esto significa que el TAO es la esencia metafísica misteriosa
de todo lo que existe, la suprema realidad última que está por debajo de todas
las cosas, y también en nuestro interior. Siendo por tanto nuestra esencia
original.
Y todo lo demás que sobradamente conocemos de
nosotros mismos, es el ego superficial, nuestra personalidad, con sus
identificaciones y sus proyecciones. Algo añadido a nuestra noble alma, de
manera artificial y limitante. Es como el que al elegir una mujer para
esposarse, excluye inmediatamente a todas las demás.
A saber que, el TAO no es ni una idea ni un
concepto, porque es simplemente el vacío
de una fuerza inconmensurable que actúa sobre todas las cosas y de la que
no podemos desviarnos, queramos o no. Por eso, el TAO es difícil de conceptualizar,
de pensar, de atrapar, y peor aún decir, porque las palabras lo ocultan y con
ellas se pierde la verdadera esencia de las cosas.
¿Entonces que hago yo aquí en la formidable empresa
de explicar lo que nadie explica por ser inefable?
Queriendo hablar de lo inefable y nombrar lo
innombrable me siento como el que increpaba:
¡te he dicho diez mil millones de millones de veces que no exageres!
Volviendo al tema ¿Por qué es innombrable?
Pues
precisamente porque el TAO nunca es algo fijo y externo. Siempre está bajo la
realidad cambiante de valor. Bajo el movimiento continuo y fluyente.
Y resonando en nuestro interior.
Y como está en todo, es como querer señalar un dedo con el dedo.
Y como está en todo, es como querer señalar un dedo con el dedo.
Y como estamos inmersos en el mar del TAO, lo
obviamos como el pez olvida el agua en el que está inmerso. Así es como el pez disfruta del agua encontrando allí todo lo necesario para vivir, olvidándose incluso de los otros peces; y el hombre goza del TAO, porque en el TAO su vida está realizada, olvidándose incluso de si mismo.
Como consecuencia, por las tres cosas antedichas: por ser el punto unificador, por ser un
vacío potencial y por ser algo que esta bajo el cambio…
“El TAO que
puede decirse, no es el verdadero TAO”.
Pero voy a presentarle un asiento de primera fila, saltándome todas las reglas ortodoxas porque al
intentar explicar lo inexplicable, bien que mal, puedo parecer como el que pone
en la puerta de su academia:
<<se dan klases de HÓRTOGRAFYA>>
No deseo dar lecciones sobre nada, sino sólo despertar
su deseo de conocer y de experimentar lo que usted en el fondo ya sabe.
Y eso es lo único que pretendo.
Para nada hacerme el interesante explicando lo
inefable, sino más bien, que al tratar de experimentarlo en “su piel”, lo
conozca de nuevo. Porque en cuanto se tiene el primer atisbo de conocimiento, irremediablemente,
ya se vive de acuerdo a él y a su experiencia.
Y porque el TAO sólo se puede saborear a través de
la dulce experiencia pura y dichosa.
Y… a todo esto ¿cómo se experimenta?
Pues de dos maneras… y media:
Experiencia e inspiración.
Las dos primeras son EXPERIENCIAS enteras, la “a
medias” es INSPIRACION.
Bien, la
primera,
sabiendo que el TAO es igual que LA CONCIENCIA INGENUA
DE UN NIÑO que todavía no conceptualiza nada, porque todavía no sabe hablar. Y
sólo en ese estado de despertar, con la verdadera intuición fresca y profunda
de las cosas puede conocerse, pacificando el espíritu en ayuno de silencio.
Sólo el silencio INTERIOR puede conocer bien al
vacío INTERIOR.
En la quietud, en la vacuidad, mora el TAO.
Por debajo del mundo aparente mora ese abismo
tranquilo.
Y en nuestro interior también vive.
Esa quietud en
el centro del mundo es la rica experiencia del TAO.
La segundo
forma es, siendo
muy consciente, muy despierto, y MAGNIFICANDO LA IMPORTANCIA DE LAS
PEQUEÑAS COSAS Y LOS COTIDIANOS SUCESOS, puesto que todo el mundo y su
funcionamiento está escrito en cada pequeña cosa y acontecimiento del organismo
integral que es el mundo, y todas las cosas no pueden ser más que una armonía
en relación a las demás y a su surgimiento mutuo.
Al igual que un hombre que carece de pies no sentirá mucha simpatía por los zapatos, un hombre carente de TAO no le da importancia a todas las cosas y sucesos y su armonía de respuesta hacia ellos.
El hombre del TAO está alerta, iluminado a todos los pequeños detalles.
Al igual que un hombre que carece de pies no sentirá mucha simpatía por los zapatos, un hombre carente de TAO no le da importancia a todas las cosas y sucesos y su armonía de respuesta hacia ellos.
El hombre del TAO está alerta, iluminado a todos los pequeños detalles.
Y está despierto en alerta de respuesta
espontánea.
En la mansa espontaneidad de una respuesta en
alerta continua, mora el TAO.
Por debajo del mundo aparente, mora esa
espontaneidad libre de respuesta.
Y en nuestro interior, bajo las reacciones unas
veces condicionadas y otras veces elaboradas, también mora el TAO.
Esa respuesta
espontánea y fluyente en el centro del mundo es la experiencia del TAO.
Por último, si usted no puede
alinearse con la
EXPERIENCIA de vaciar
la mente de limitaciones y prejuicios, ni la de sensibilizarse de manera consciente y muy despierta todas las cosas,
tiene un verdadero problema, pero le regalaré otra manera, aunque sea una
manera “a medias”, una manera sólo INSPIRADORA de vislumbrar sutilmente su
esencia desde la lejanía. Esta es estudiando la profundidad del ideograma de la
escritura china del mismo, el cual está cargado de aromas con sugerentes
significados sumamente valiosos.
El bello ideograma está compuesto por dos conjuntos
de trazos en armonía.
TAO (pronunciado DAO)
DO (en artes marciales japonesas)
El radical superior (SHOU) representa las astas de
una cabeza sobre un ojo.
astas de una cabeza
Todo ello junto, representa al lider (astas). El
lider significa uno mismo, observando con su mente superior o tercer ojo, que
significa: la intuición, que no es
más que la claridad de espíritu, limpia y directa, libre de interferencias
mentales deseantes, prejuiciosas e ideológicas.
Antes de seguir, debo advertir que, tenga cuidado
con las palabras, las palabras son algo más que aire caliente, pero sólo señalan algo que hay que intuir.
Sin intuición estará perdido en este mundo que le
presento. Y es bueno saber estas cosas porque, si no usa la intuición puede
comprenderlo todo al revés.
Me acuerdo ahora de la anécdota:
-Me llamo Francisco ¿Y
usted?
-Yo no.
Precisando más, dentro de las astas, primero
encontramos dos rayitas verticales y convergentes, la de la izquierda es el
Yin, y la de la derecha es el Yang.
astas
Ambas, luz y
oscuridad se abrazan mutuamente en una raya larga en horizontal que representa
la unidad de los contrarios, que se une en concordia, reafirmado por la pequeña
marca central que aflora debajo.
Al lateral izquierdo, hay una rayita apuntando
hacia todo el radical superior. Es decir, que señala hacia uno mismo. Y
significa que el Universo se encuentra también palpitando dentro de uno mismo,
y que por tanto, el CAMINO se encuentra en nuestro corazón.
Dicho de otro modo, la práctica del CAMINO, es lo
mejor que se puede hacer en el mundo.
Dentro del radical superior, el cuadrado con dos marcas horizontales, representa el “Ojo celestial”, un ojo intuitivo conocido
popularmente como “nirvana”.
Ojo celestial
Mientras que, el radical bajo (CHO) se parece a un
camino o flujo del agua muy hermoso. Es el denominado “Gran Camino” hacia el
descubrimiento del TAO interior, pero también tiene la forma de un pie, con el
significado de “caminante del infinito”,
caminante de la pura vacuidad, que avanza por el magistral camino de auto-cultivar
la purificación espiritual. Esto significa el curso fluyente, la deriva magnífica
de la naturaleza para seguirla en armonía. Como cuando uno sigue el curso
fluido y continuo de una forma de TAI-CHI-CHUAN.
Gran Camino
Así deducimos que, el TAO como principio de valor perenne,
es la innombrable fuente mística del curso fluyente de la naturaleza, el
corazón de las cosas que llenan el cosmos, y también el TAI-CHI-CHUAN, en el
cual la única constante que debemos aceptar para estar en armonía es el cambio,
y fluir muy atentos con el cambio, dentro de la inacción propiciada por un
centro inmutable en calma serena.
Se aconseja por tanto, la no-acción como sinónimo del vacío, que es fluir en el TAI-CHI y hacer
todas las cosas interfiriendo lo menos posible en el flujo natural de todo, y en
una atmósfera carente de esfuerzo.
Aunque también se aconseja estar muy atento a los cambios en la energía y en las acciones de flujo
y reflujo durante el TAI-CHI-CHUAN, y también en la vida, y a solucionar espontáneamente
los problemas antes de que estos sean grandes, cuando los problemas aún son
pequeños y por tanto requieren de poco esfuerzo. Aunque también minimizando la
acción, actuando con sencillez suprema y
sin ningún plan preconcebido.
Y…pensando
que un viaje de mil kilómetros comienza por un sólo paso, en avance lento pero
determinado, y durante el camino no olvidarse de disfrutar con alegría en todo
momento, porque la meta feliz, el poder, se encuentra durante todo el camino.
No hay meta al final.
Eso es lo que significa “Gran Camino”, es un
concepto que significa no-relación con ninguna meta. Sólo camino.
Camino que se construye al caminar.
Sólo camino.
La meta sería entonces el proceso mismo de la vida
que hay que aprovechar como el tesoro de cada soplo y valioso instante.
Debo añadir que, durante el flujo del devenir por
el “Gran Camino”, se ha de estar en paz con la naturaleza de las cosas, aceptando
sin luchar, sin imponer y sin resistirse a las cosas para que sigan su agradable
curso natural. Por eso, es por lo que el camino a seguir no es siempre igual,
ni idéntico para todos. A unos les va bien una cosa y a otros, otra.
Nadie le pediría a un ciego que disfrutase de un
bello paisaje.
Ni a un sordo que disfrutase de una magnífica
melodía.
Cada uno, maestro de si mismo, debe crear su propio
“Gran Camino”, caminando por donde quiera, pero muy consciente.
Como el de un pez despierto, como están todos los
peces, despiertos, nadando en el agua en
libertad sin dejar rastros de camino para otros.
Así que, el “Gran Camino” se trata de mantener la
pureza de un espíritu apaciguado, dejando el ansia de solucionar y hacer las
cosas de inmediato, dando importancia al “principio femenino” que prioriza en
el TAO. Esto es, abandonados a un TAI-CHI o YIN-YANG, como prefiera, donde las
cosas sigan su curso, en una pasividad que nos torna de una levedad vacía casi
inexistente que denominamos “mística femenina” (Yin); Al poco, seguro que cede la resistencia y las cosas empiezan a
cambiar. En ese momento, es cuando nos tornamos un poco, sólo un poco, visibles.
“Principio masculino” (Yang), para obrar con suma prudencia y debidamente
serenado pero implacable, sin imponer nuestra forma pero sin titubeos (MO CHIH
CH´U) y sin pausa.
Pero todo esto es consecuencia del TAO. No el TAO
mismo.
El TAO es previo y superior a todo esto.
Es el telón de fondo vacío, que produce el YIN-YANG
espontáneamente.
Así todo planteado, me
parece que es el momento de entrar a fondo en el TAO.
PERMITA QUE LE MUESTRE LA INTUICIÓN SOBRE LO
QUE ES EL TAO EN EL UNIVERSO:
Imagine un círculo lleno que representa al TODO. O
sea, todo lo que entendemos por Universo.
Extraigamos del círculo lleno la infinidad de
cosas, los “diez mil seres”, toda la materia, toda la energía conocida, el
espacio, el tiempo, y por supuesto, saquemos también del mismo al hipotético Creador,
si es que todavía cree en un ente así y sobre lo que no tengo nada que objetar.
No es mi intención vender un Universo ateo, sino
simplemente plantear lo lógico, en el que, si el Creador lo supone ya fuera del
círculo cósmico, porque evidentemente, ser un Creador supone estar fuera de lo
creado; me veo en la obligación de argumentar que, en el mundo de la energía
íntegra y total, no puede existir un Dios aparte y distinto. Es una lógica.
Pues bien, lo que resulta después de sacarlo todo, el
abismo desconocido y gigantesco que permanece silencioso, muy silencioso y quieto,
es el TAO eterno, inconmensurable.
Un vacío sereno que no es ausencia de algo, sino
presencia eterna de infinito.
Un vacío negativo sería la
NADA. Un vacío positivo, como lo es el TAO,
es el corazón silencioso del TODO latente.
Posee realidad y expresividad, pero es inactivo e informe.
Puede ser obtenido pero no visto.
Posee realidad y expresividad, pero es inactivo e informe.
Puede ser obtenido pero no visto.
Así he visualizado, en mis meditaciones, lo que se
entiende por TAO.
Y esa naturaleza innata, es una esencia poderosísima
que tiene forma hueca, vacía, transparente, por eso se representa también por
un círculo vacío, pero lleno de
posibilidades inagotables.
Nunca se agota lo que no es material. Sería
imposible dar un sentimiento para quedarse sin el, o dar la hora para quedarse
sin ella. Ya sabrá lo de…
-¿Oiga me puede dar la hora?
-Lo siento mucho, ya se la
he dado a aquel señor que va por allí.
Repito que, ese
círculo vacío del TAO no es la
NADA , sino la infinita potencia suprema que subyace latiendo
y nutriendo cálidamente al todo cósmico. La posibilidad, la capacidad de ser
todo, la potencialidad de emanar espontáneamente de si mismo y de fluir en
constante auto-creación universal. En definitiva, “el gran vacío que regula el
cielo y la tierra”.
DEMOSTRACION
Decir no es demostrar. Hemos dicho que el TAO es un vacío, pero nunca nadie lo ha demostrado.
¿Como podemos demostrar el "vacío" que es el TAO?
Pues muy fácil, mediante la abstracción total.
Empecemos con algo sencillo. Empecemos con entender como captamos un concepto.
El concepto "mesa".
Si quiero captar el concepto "mesa", debo partir de la comparación con otros objetos. Muchos de estos objetos son mesas y otros son variados.
De la comparación sobre lo que tienen en común, dejando de lado las características accidentales, llegamos al concepto "mesa". Así capturamos el concepto y lo diferenciamos con claridad de los demás objetos.
Ahora viene el meollo de la cuestión.
Si mediante un experimento mental vamos en sentido opuesto, es decir, de lo mas concreto como pueden ser los conceptos de objetos, a lo más general, como puede ser el concepto del TODO. Irremediablemente, llegaremos a la conclusión de que lo maximamente común a toda realidad tangible será na noción más vacía. Porque todo concepto, cuanto más extensión tiene, menos características definitorias posee, y deberá por tanto, ser lo más vacío de todo.
Por eso el TAO se identifica con el vacío.
No con la NADA.
La NADA esta muerta de posibilidades.
El VACIO está vivo. En su eterna Gracia.
Y ultimamente, la ciencia ha demostrado que en el vacío se crean partículas espontaneamente, del vacío.
Del vacío.
Y ese vacío, como telón de fondo, sobre el que los científicos comprueban está lleno de TAO.
El TAO no puede ser eliminado. es inherente al Universo.
En definitiva, cuanto más vacío es algo, menos limitado estará de ser algo, pero más potencialidad de ser TODO.
El vacío como "Madre Creadora" que es, es la máxima potencialidad de ser TODO. Tanto el vacío presente en el fondo del Universo, como el que se encuentra en lo más hondo de nuestro alma. Porque nosotros también somo Universo.
El Universo ensamblado en un orden con todo su movimiento, se ha auto-generado, por sí mismo, a partir del vacío en su quietud.
Pero todo movimiento, nunca ha dejado de ser quietud.
El movimiento oculta el Rostro de la quietud.
Esa Morada de quietud, ese Paraiso sigue estando en nuestro interior.
DEMOSTRACION
Decir no es demostrar. Hemos dicho que el TAO es un vacío, pero nunca nadie lo ha demostrado.
¿Como podemos demostrar el "vacío" que es el TAO?
Pues muy fácil, mediante la abstracción total.
Empecemos con algo sencillo. Empecemos con entender como captamos un concepto.
El concepto "mesa".
Si quiero captar el concepto "mesa", debo partir de la comparación con otros objetos. Muchos de estos objetos son mesas y otros son variados.
De la comparación sobre lo que tienen en común, dejando de lado las características accidentales, llegamos al concepto "mesa". Así capturamos el concepto y lo diferenciamos con claridad de los demás objetos.
Ahora viene el meollo de la cuestión.
Si mediante un experimento mental vamos en sentido opuesto, es decir, de lo mas concreto como pueden ser los conceptos de objetos, a lo más general, como puede ser el concepto del TODO. Irremediablemente, llegaremos a la conclusión de que lo maximamente común a toda realidad tangible será na noción más vacía. Porque todo concepto, cuanto más extensión tiene, menos características definitorias posee, y deberá por tanto, ser lo más vacío de todo.
Por eso el TAO se identifica con el vacío.
No con la NADA.
La NADA esta muerta de posibilidades.
El VACIO está vivo. En su eterna Gracia.
Y ultimamente, la ciencia ha demostrado que en el vacío se crean partículas espontaneamente, del vacío.
Del vacío.
Y ese vacío, como telón de fondo, sobre el que los científicos comprueban está lleno de TAO.
El TAO no puede ser eliminado. es inherente al Universo.
En definitiva, cuanto más vacío es algo, menos limitado estará de ser algo, pero más potencialidad de ser TODO.
El vacío como "Madre Creadora" que es, es la máxima potencialidad de ser TODO. Tanto el vacío presente en el fondo del Universo, como el que se encuentra en lo más hondo de nuestro alma. Porque nosotros también somo Universo.
El Universo ensamblado en un orden con todo su movimiento, se ha auto-generado, por sí mismo, a partir del vacío en su quietud.
Pero todo movimiento, nunca ha dejado de ser quietud.
El movimiento oculta el Rostro de la quietud.
Esa Morada de quietud, ese Paraiso sigue estando en nuestro interior.
A mi
entender, eso es todo lo que hay, que no es poco.
Siguiendo el
hilo argumental, PERMÍTAME AHORA MOSTRARLE EL TAO INTRINSECO A LA PERSONA :
Nunca hubo dos realidades.
Paraiso y Tierra.
No existen dos esencias separadas, criatura y Creador, que se tengan que volver a unir en el Paraiso de un Cielo extra-terrenal. Sino que, lo que existen son criaturas casi perfectas que necesitan pulir sus imperfecciones. Y a través del "Sendero de Retorno" (Taoismo) se favorece que el alma se encuentre con la esencia de TAO que siempre nos ha acompañado, ha acompañado a todos desde océanos de tiempo, para llegar a vivir acorde con la armonía natural y su paz ensamblada en un orden natural. Y la iluminación descansa sobre la idea de UNIDAD.
La UNIDAD de criatura y TAO.
Toda criatura ya está unida al TAO.
Ahora sentir...
Nunca hubo dos realidades.
Paraiso y Tierra.
No existen dos esencias separadas, criatura y Creador, que se tengan que volver a unir en el Paraiso de un Cielo extra-terrenal. Sino que, lo que existen son criaturas casi perfectas que necesitan pulir sus imperfecciones. Y a través del "Sendero de Retorno" (Taoismo) se favorece que el alma se encuentre con la esencia de TAO que siempre nos ha acompañado, ha acompañado a todos desde océanos de tiempo, para llegar a vivir acorde con la armonía natural y su paz ensamblada en un orden natural. Y la iluminación descansa sobre la idea de UNIDAD.
La UNIDAD de criatura y TAO.
Toda criatura ya está unida al TAO.
Ahora sentir...
Imagine la ingenuidad de un recién nacido en
talidad. O sea, que todavía no tiene el dominio de la palabra, que no tiene
patrones de comparación entre las cosas ni entiende de opuestos para poder compararlos.
Por tanto, en su mente primordial no diferencia los sucesos exteriores de lo
que ocurre en su cabeza, no diferencia entre lo observado del observador. Sólo
existe en él la sensación de que algo está sucediendo. No diferencia de lo que
sucede de lo que no sucede porque no tiene modo de comparar para saber si lo
que se mueve sucede o es a la inversa. No relaciona causa con efecto ni lo que
va antes de lo que va después, ni tiene modo de excluir algún componente de lo
que observa. Todo lo incluye porque no tiene motivos para excluir nada. Es
decir para definir lo que está “aquí” debo excluir mentalmente lo que está
“allí” y viceversa. Pero él, está en un estado tal de TOTALIDAD que integra los
opuestos en una pacífica UNIDAD INDIFERENCIADA. Esa es la sensación oceánica
del TAO. Y cuando nos experimentamos a nosotros mismos fundidos en el manantial
del mundo, desaparece la ilusión de que lo que ocurre en el presente es
consecuencia directa de lo que aconteció en el pasado reciente, y como cuando
abrimos los ojos a la luz, aparece la curiosa ilusión de que todo brota espontáneamente en agradable sorpresa,
desde el silencio misterioso del instante presente, nutriendo el espacio en todas
direcciones, y se aleja hacia el pasado, como la brillante estela de un fantástico
y precioso cometa.
¡¡¡Eso es el maravilloso TAO eterno!!!
Cuando un
chino pronuncia la palabra TAO, se refiere a eso.
Y cuando alguien trasciende el movimiento ordinario
y entra en la meditación serena del movimiento donde la naturaleza pura toma el
control, durante la práctica del
TAI-CHI-CHUAN, estará constantemente balanceando opuestos, equilibrando fuerzas
en un goce espontáneo con una alerta iluminada y con un vacío libre de
posibilidades infinitas: Ahora cedo donde me pone fuerza el oponente, ahora
pongo donde esta carente de energía…
colindando con la sensación vacía de interés propio, vacía de limitaciones,
vacía de deseos, tal y como nos inspira el TAO, y a veces inundándose
plenamente de la sensación.
Funcionando en lo que se denomina “inacción”.
La común acción, según nuestro punto de vista
TAOISTA, tanto en la práctica del TAI-CHI-CHUAN, como en la vida misma, no
reviste mucho interés porque toda acción crea una fuerza opuesta y no
deberíamos promover ser afectados por la fuerza de reacción de un oponente o de
la vida misma.
La “inacción”
es la “mística femenina” del Universo en pleno funcionamiento.
¡Ehh! y los chinos no son los únicos que lo dicen.
O sea que, los chinos no son mejores que nosotros, porque nosotros también
tenemos de quién presumir, nosotros tenemos a Newton.
Aunque si bien es cierto que, aunque Newton también
descubrió la fuerza de reacción, el no llegó tan allá como para argumentar que
la solución de no ser afectado por la fuerza de reacción es la del sabio, que
busca la acción a través de la “inacción”. Porque esta, la inacción, es tan
leve que no crea reacción adversa de fuerza opuesta.
Son principios deliciosos y originales de verdadera
sabiduría perenne sobre la existencia.
Estar en sintonía con la naturaleza, es lo que
significa “inacción” del TAO.
“Inacción” que sin embargo, en su “inacción”, nunca
deja nada por hacer.
Porque en realidad, “inacción”, para un TAOISTA del
TAI-CHI-CHUAN no significa no-hacer, sino más bien no-interferir.
Llegado a este punto, es obligado preguntar ¿como
se armoniza esta inacción ante los golpes de la vida y de los demás?
Pues no precisamente como nos enseña la sociedad mercantilista
y competitiva, devolviendo el golpe.
Ni como contrapone la amorosa pero sacrificada religión,
poniendo la otra mejilla.
Eso no va acorde al TAO. Y es que, si bien el TAO
es la raíz de todo, pero no todo es el TAO.
Actuar acorde al TAO es tal y como nos educa el
TAI-CHI ¡yendo con el golpe!
Vacío de
intereses y espontáneo en la respuesta. Como el TAO mismo.
En armonía con el golpe. Cultivar la consciencia
plena. Mantenerse siempre muy consciente, e ir humildemente a favor del golpe cuando
este viene hacia nosotros, como una hoja al viento, y transformarlo su trayectoria con sutileza, durante la
marcha, como el agua que arrastra mansamente objetos en suspensión, vacío de intenciones e intereses propios, dentro de un margen de
bienestar, como fiel reflejo del TAO.
En definitiva, el SENCILLO círculo vacío que representa al TAO se traduce por mantenerse vacío.
Es decir, alzarse en medio del Universo, desplegando sencillez en los ilimitados confines
de una mente cristalina, viviendo con la disponibilidad ser receptivo a aceptar
cualquier cosa, y en inacción sutil pero fresca y espontánea de adaptarse a
todo.
Eso es el TAO.
Nuestra naturaleza original, por tanto, es
encontrar el vacío, o dicho de otro modo, la roca sin definir, sin tallar
(P´U). La pieza sin acabar, es como la arcilla sin moldear, silenciosamente
abierta a horizontes amplios de posibilidades infinitas para ser cualquier cosa
que sea materialmente posible ser (TE).
Ser algo es ser limitado. Lo que no está limitado
es el TAO.
Ser un ego es ser limitado. Ser un vacío es no ser
limitado.
Como el cuenco. El cuenco solo es útil cuando está
vacío.
Eso es el TAO.
En resumidas cuentas.
Abandonemos las cabezas llenas de paja: observando en calma serena nuestro
interior, constantemente… pierden
fuerza los pensamientos intrusos.
Abandonemos todo esfuerzo corporal: relajando constantemente el cuerpo en
todo lo que estemos haciendo…entraremos
en armonía con lo que nos rodea.
Para así, de
este modo, se recree dentro de nosotros el éxtasis de la más completa vacuidad,
la más sagrada calma serena, con la claridad espiritual de un tierno niño
recién nacido; pero por supuesto, con
el conocimiento y comprensión de los misterios de la vida, propio de nuestra
edad actual. A esta actitud de auténtica pureza, la denominamos con toda
propiedad “docta ignorancia”.
Eso es el TAO.
Y a esto, creo que no me hace falta añadir ni
detallar más, porque si insisto un poco más con tanto perogrullo, temo
parecerme al perfecto tonto que preguntaba:
si adivinas cuantas gallinas tengo te daré las tres.
Para concluir, debo resaltar
que, tanto en la práctica gozosa del TAI-CHI-CHUAN como en la vida cotidiana, es
muy conveniente comportarse acorde con el TAO: con la actitud bienhechora de un
juego de “inacción” sutil, donde la
mente repose en deleite sin retener nada,
transmutando el manantial de ruido mental en el fluir del rumor mental, el rumor mental en suaves
gotas de susurro, y
por último en callado silencio como el agua tranquila de un estanque en calma
chicha, que responde en ondas armoniosas al simple toque de un dedo, pero en su
insondable interior se mantiene en imperturbable, y por mucho ruido que haya
en el exterior del agua,
dentro nada se agita.
Artículo Original de
Félix Bargados.
Félix Bargados.
Todos los derechos
reservados.
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