¿SABES LA VERDAD
SOBRE EL TÉRMINO TAI-CHI?
“Nadie gusta de valorar las cosas que no llevan etiqueta”
Y cuando alguien quiere poner la etiqueta al TAI-CHI para quedar a gusto, pregunta:
¿Qué es el TAI-CHI?
Y alguien que a su vez quizá tampoco lo sepa, responde:
Es el “máximo supremo”.
El que preguntó, quizá no entienda nada sobre la respuesta, pero como ya tiene una etiqueta, se queda más fresco que una lechuga con esa ininteligible respuesta, y ahí queda la cosa para largo.
Llegados a este punto, parece obligado plantear que el contenido conceptual del término TAI-CHI, se encuentra enmascarando en traducciones del tipo:
“el máximo supremo”, la “máxima viga suprema”, el “eje supremo”, “máxima armonía”. Todas ellas son de estética agradable pero no transmiten ninguna riqueza de significado al que no sabe, o peor aún, decir todas esas vaguedades y ambigüedades quizá sea como no decir nada.
Y lo cierto es que puede afirmarse con justicia que existe un límite para decir con palabras lo que puede pensarse, y yo creo que el término TAI-CHI, su misterio último, y el suave aroma de su fragancia está casi fuera de ese límite.
Pero yo quiero revelarle el centelleante vislumbre de esta cautivadora verdad.
Se la voy a contar y probablemente pueda capturar a través de estas notas, la impronta fructífera de esta sensación paradigmática en su interior, y así aprender mejor TAI-CHI capturando esta idea grandiosa, necesaria para la reflexión y la apertura de la mente a una comprensión más profunda de la realidad.
Para ello tendremos que estudiar profundamente la caligrafía y jugar un poco con el sentido de los ideogramas chinos, desmenuzando toda la sabiduría intrínseca del principio condensado en ellos desde el albor de los tiempos.
TAI-CHI consta de dos términos que se expresan en dos caracteres.
El primer ideograma simboliza un hombre.
La humanidad simbolizada a través de dos trazos diagonales que son las piernas, tronco y cabeza. Mientras que el trazo horizontal expresa los brazos, y la rayita en el interior de los trazos diagonales expresa el eje central a través del cual se produce todo movimiento.
Queriendo comunicarse con ello que todas las cosas tienen un eje central a través del cual se puede mantener potencialmente el equilibrio, en toda situación.
El segundo ideograma se compone de tres dibujos inspiradores.
El situado más a la izquierda con un trazo largo vertical, uno corto horizontal y dos en diagonal, corresponde al crecimiento una flor que siempre oscila entre los opuestos, el cielo y la tierra.
El de la derecha con una raya vertical quebrada que simboliza un hombre y dos horizontales, alude al cielo y la tierra con el significado de la eterna lucha entre los polos opuestos de todas las cosas del mundo. Y por último a ambos lados, se encuentra la boca abierta de una persona hablando, expresando pensamientos y la mano que fabrica cosas que la mente piensa, expresada en una especie de lazo. Ambos a derecha e izquierda respectivamente del hombre que sostiene el cielo y se posa sobre la tierra.
Por lo que yo se y puedo entender, cuando se junta el “TAI” (eje central que auto-equilibra) y el “CHI” (contra-balances externos que equilibran) se obtiene una relación de opuestos muy perfecta. TAI-CHI es el nombre que se da a ese doble equilibrio y a esa relación de opuestos. La relación más monumental del Universo.
El equilibrio dinámico y sutil y casi fantasmagórico del ideograma izquierdo. Un equilibrio vaporoso que parte del centro íntimo de cada cosa, invisible, como el eje de una balanza de platillos. Cambiando levemente el eje, se puede compensar desde el interior cualquier desfase del exterior. Es así como, cuando la persona que practica TAI-CHI se encuentra suspendida de ese eje central, se tiene la sensación de que todo se desenvuelve sin esfuerzo a su alrededor.
El ideograma derecho nos transmite la sensación oceánica de cómo las cosas tienen contrarios externos que se equilibran. El cielo y la tierra son los opuestos en el mundo. La mano como expresión del cuerpo y la mente como expresión de la palabra, de ahí el dibujo de boca y mano en el ideograma. Queriendo expresar que no se deben desdecir mente y cuerpo, cielo y tierra. En el caso de la balanza, compensar los platillos cambiando los pesos que reposan sobre ellos, devuelve el equilibrio al sistema.
Todo lo antedicho quiere expresar un perfecto sistema muy compacto de supremo equilibrio, desde el centro y desde los opuestos exteriores.
El equilibrio supremo puede ahora ser denominado “máximo supremo”. Y por supuesto, a partir de este momento si que podemos decir que significa algo.
Y por fín, el símbolo emblemático del TAI-CHI sobre el que se han derramado amplios ríos de tinta con éxito aún a pesar de ser sólo una etiqueta para la mayoría, desde este momento puede ser mejor entendido. Puede descifrarse como el continuo equilibrio de las volutas entrelazadas que representan los opuestos que se transforman uno en otro a través de un eje central, que por cierto, no se deja ver en el diagrama actual, pero si se veía en otro diagrama más antiguo, ahora en desuso. Observe como del eje central, ese círculo pequeño en el interior, se equilibran los opuestos en la rueda cósmica de la vida.
El actual, con sus dos pececillos visibles, devorándose uno a otro en un continuo creación-destrucción, lleva en su interior el germen de lo opuesto, y toda disminución trae el aumento del opuesto en una armonía perfecta. El lado oscuro trae el germen de claridad en su interior con el punto luminoso, y a la inversa. Así es como todo en el Universo se está creando al leve pálpito de este principio.
Ahora cierre los ojos y penetre en esta ventana mágica que he abierto para usted. Trate de visualizar esta idea sublime. En cuanto capture con entusiasmo la sensación...
¡¡¡ya tiene el TAI-CHI en su interior!!!
Este es el equilibrio supremo, la armonía máxima que se equilibra continuamente como un axioma rector inmutable en el cosmos que gira en un continuo cambio abriéndose a nuevos caminos y posibilidades.
Y es así como llegamos a la conclusión que la Ley más grande del mundo es el “eje supremo”.
Es entonces cuando saber TAI-CHI es conocer como se mueve la naturaleza y responde con armonía y equilibrio.
Es conocer como el cosmos es un océano que va transformándose en todo momento, y cada uno de nosotros somos una pequeña gota de agua vibrando al pulso de la vida.
Artículo Original de
Félix Bargados
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