domingo, 11 de diciembre de 2016

Cuestiones teóricas de tai-chi para examenes.

CUESTIONES TEORICAS DE TAI-CHI
para exámenes

cuestiones teóricas

 Fundamentos del Tai-chi-chuan:

 Alineamiento, relajación, gravidez, raíz, energía, integración, 
 continuidad, circularidad, polaridad, centrado.

Conocimiento de las posiciones (11) :

Hun-yuan (posición indiferenciada).    
I-ve (posición preparado).
Xiong-bu (posición de oso).
Ma-bu (posición de caballo).
Tin-bu (posición de gato).
Teng-bu (pie que empuja).
Gongbu (posición de arco).
Hsu-bu (posición del pez capturado).
Sili-bu (posición siete tres).
Tso-bu (posición cruzada).
Kou-bu (paso doblado).
Duli-pu (posición de gallo).
Pu-bu (posición de serpiente)
Banma-bu (posición  ½ caballo).
Quilón-pu (posición del dragón),


Conocimiento de pasos desplazamiento (5) y  pasos esquiva (9):

PASOS DESPLAZAMIENTO
Paso único.
Paso de cruce (caminata lunar, andar entre las nubes),
Paso deslizado
Paso seguido.
Paso circular

TIPOS DE PASOS ESQUIVA
5 correderas: lateral, adelante, atrás, cruzada, cambio.
5 pivotes: diagonal, 90º,180º, inversa.



 Energías fundamentales :
FRONTALES
Expansión(Pan), repliegue(Lu), presión(Chi), empuje (An).     

ANGULARES
Tracción(Tsai), división(Lieh), topetazo(Khao), codo(Zhou).


 Energías de los 5 Elementos:
FUEGO-adelante, AGUA-atrás, MADERA-izquierda, METAL-derecha, TIERRA-centro.

 Energías operativas:
Elevar (Ti), hundir (Cheng), abrir (Kai), cerrar (He).

Energía de transmisión:
la ola (dispersión descendente), hilado de seda   (dispersión ascendente).

 Esencias: sustancial e insustancial.

 Energías sensibles: 
Escuchar-comprender “Ting-Dong”.
Pegado-adherido “Zan- nian”.
 Seguir al otro “Sui”.
Conexión “Tie”.

Especiales: Escuhar-comprender a distancia “Ca-pi-xu-lin”.
                   Succión “Pan-xi”.

Conectores:
Descansar, soportar, pivotar, rodar, transferir, intercambiar.

Fases temporales :
Interceptar, ceder, neutralizar, guiar, sellar, emitir, enlazar.

Tipos de técnicas ofensivas “brazos Da, piernas Ti”:
Puño “Chuei”.
Palma “Chang”.
Dedos “C´hung chang”.
Taladro “Zuan”.
Patada “Tui”.
Rodilla “Xi”.
Ruptura “Duan”
Controles “Na”
Derribos “Shuai”
Dia-xue “estrangular o presionar cavidades”


                                                                          Félix Bargados

sábado, 10 de diciembre de 2016

La sonrisa del Tai-Chi.

LA SONRISA 
DEL 
TAI-CHI
Félix Bargados

“La mitad de la armonía es para ti y la mitad para los demás”

Un aforismo del que se hace lenguas la sabiduría popular, sugiere que: la ARMONIA INTERIOR es la clave de la felicidad.

Pues bien, como ese tipo de felicidad no puede más que sonreír fríamente; y como toda idea dicha despierta una idea contraria, debo añadir que, en un mundo social donde todos participamos del juego transacional, los campeones del egocentrismo no parecen poseer un buen negocio.
Es por eso por lo que, dispongo mi ánimo apologético al servicio de la armonía con los demás. Y me atrevo a decir que, la armonía no es verdadera armonía fluyente si es sólo armonía para uno mismo.

Estos tiempos que corren, de bienestar individual, son tiempos recios para valores como el preocuparse por los demás. Pero el Tai-chi como es intemporal, no goza de egolatrías de moda. Lo cual explica que, el Tai-chi-CHUAN verdadero debe ser una expresión que armonice felizmente con algo o alguien que no sea sólo uno mismo.
Dicho de otro modo, una expresión que armonice con los demás como la cálida sonrisa lo hace. Un elogio de la ARMONIA UNIVERSAL.
Me explicaré desde el principio para descartar malos entendidos.

Explicaré primero los conceptos TAI, CHI, CHUAN y CHI-KUNG
y después iré un poco más allá.


Concepto TAI-CHI 

Podemos decir que significa algo así como “máximo supremo”.
Alguien tuvo una vez el sueño de un MAXIMO SUPREMO.
Y como estamos hechos del material que surgen los sueños; el sueño fue filtrándose al mundo poco a poco.

sueños

El sueño de un máximo supremo, es una UTOPIA LUMINOSA, una abstracción ideal, hacia el mundo que gobierna desde el interior de nuestra cabeza, con la cálida esperanza de alcanzar una brillante puesta en escena en el mundo tangible plena de refrescante calma y tranquila bondad.

Una idea con visos de perfección tal, que no se encuentra normalmente en el yugo que nos impone nuestro proverbial ego.
Pero que no se encuentre en nuestro ego, no quiere decir que no sea del mundo. El mundo que fluye libre, es más grande y perfecto que nuestro ego.
En ese sentido, cierto es que, pensar mejor no es encontrar una verdad sino buscarla más lejos. Y no es menos cierto que a menudo las ideas gravitan como grata inspiración más que como meta. Dicho sea de paso que, una idea, a veces no es para ser alcanzada, por la imposibilidad de tal perfección, sino para dar rienda suelta a la inspiración. So pena de caer en el -efecto nirvana- que consiste en rechazar las buenas ideas o las mejores acciones, bajo el sucio truco de ser inalcanzables. De ahí que se extrae mucha sabiduría: 
Que lo mejor es enemigo de lo bueno. 
Que no hay que despreciar lo bueno por no alcanzar lo mejor. 
Y que a veces hay que poner como meta lo mejor para alcanzar el objetivo de lo simplemente bueno.

Volviendo a la mágica idea de -máximo supremo-. Creo que se entienda con meridiana claridad, si analizamos por separado:

CHI, como la SUPREMA armonía fluyente de los opuestos.

TAI, como centro en MAXIMA calma mansa que parte de un eje central inamovible.

Por tanto, TAI-CHI adquiere el sentido de un eje-supremo virtual a través del cual se armonizan todos los opuestos del mundo, invitando a la calma.
Pero como ese principio es solamente una IDEA DESNUDA, sin movimientos que lo hagan visible, resulta etéreo, y es necesario un continente para ser encarnado y poder practicar.
Sobra decir que la buena práctica es la que hace la mejoría.


Concepto CHUAN

Pues bien, se hace valer que la idea de Tai-chi en el mundo que pisamos no en el que pensamos, necesita del CHUAN para existir. Esto es porque así como toda idea desnuda que nos sobrevuela necesita de una materia tangible donde tomar tierra, Chuan es el continente tangible donde poner el contenido de la idea desnuda. Y significa algo así como aprender a armonizar con otra persona a través del mencionado eje-supremo.



Concepto CHI-KUNG

Siguiendo a favor de esta brisa fresca que barre confusiones y quizá te haga sonreír como si recordaras, me veo obligado a añadir que, para utilizar el motor energético sosegado que permita armonizar con el oponente con facilidad y no tirar del inadecuado forzamiento muscular que traba, se necesita mencionar el alma luminosa e inherente al Tai-chi-chuan. 

Me refiero al CHI-KUNG que siempre respira secretamente en su interior.

Cabe preguntarse entonces 
¿Qué es el Chi-kung?

Chi es energía o aliento vital, y Kung significa maestría en el sentido del tiempo y mimo que necesita una tarea para ser alcanzada. 

Chi-kung es el nombre genérico que se utiliza para designar el cuidado, el mimo y el tiempo que se necesita para que con el conjunto de técnicas psico-fisicas destinadas a hacer fluir el aliento vital por nuestro cuerpo, se alcance tal maestría. Lo cual no es una cosa rara, sino una sensación de lo más normal y corriente en el ser humano, bajo la obviedad de que no se necesita un monasterio donde portar un traje naranja, ni cuello donde colgar un collar budista. Es la sensación de plenitud energética que todos notamos cuando estamos pletóricos, con un alto nivel de energía vital, cuando decimos que tenemos el denominado subidón, o llámese como se quiera.
La diferencia radica que en este ámbito es provocado por mor de la voluntad. Y para ello, deberíamos armonizar discretamente 
nuestro cuerpo, 
nuestra mente 
y nuestra respiración.

armonizar

Chi-kung al margen pero sin prescindir nunca de él, usar el Tai-chi-chuan es afirmar que algo se armoniza con nosotros. Y el unto de tal éxito, se logra por medio del flujo de movimientos que armonizan serenamente con alguien.
Para ser más exactos, la identificación de la armonía con un complejo de fenómenos psicológicos e íntimos como cuestión privada, no es algo taxativo.

Salta notoriamente a la vista que, la armonía también puede ser entendida, o mejor dicho, -DEBE ser entendida- por ARMONIA PUBLICA. En tal sentido, la armonía no será solitaria y melancólica, sino que tendrá el deje de una CALIDA SONRISA. Así se percibe la armonía con otros y con el ritmo del mundo. Y para aprenderlo, el campo de experimentación será a través de la acción. Del movimiento con otros.

Tai-chi-chuan es una armonía en el sentido de como se correlaciona una persona con otra. De modo que a través de la estructura de movimiento se conforma la armonía con otra persona como hace la sonrisa que se contagia.


ESTRUCTURA DE MOVIMIENTO QUE CONFORMA LA ARMONIA

Los elementos estructurales del movimiento exquisito de Tai-chi-chuan constan de elementos culminantes de energía que denominamos “posturas” y de enlaces que son un seguimiento entre las posturas ostensibles que denominamos “transiciones”. Pero tanto transiciones como posturas, están construidas según cierta energía cambiante que depende del movimiento del adversario que armoniza con nosotros, del mismo modo que nosotros con él.

forma

Habida cuenta de que la función del Tai-chi-chuan es adquirir la experiencia mística de armonizar con otro, y sólo las posturas-transiciones propias pueden armonizar con otras posturas-transiciones del otro; el Tai-chi-chuan debe ser comprendido  como aquello que armoniza las posturas de uno mismo con las posturas de otra persona, como el agua cristalina que fluye libre por la tierra, jugueteando entre las rocas, y fundiéndose con infinito cuidado al choque lozano de otros cursos de agua; como hace la sonrisa que se diluye y extiende por el cuerpo

Y este intercambio de movimientos con el otro, que se diluyen y armonizan con la sensación de luminosa sonrisa por el cuerpo, se denomina “empuje de manos”, “manos sensitivas”,“manos pegajosas” o simplemente “encuentro de manos”. 

O más allá de lo anterior y fuera del ámbito de la práctica regular: concordia, cordialidad, entendimiento, maridaje, hermandad, fraternidad...sonrisa.

Sonreir es la mejor forma de cambiar el mundo. 

Transformar agresión en sonrisa hace desaparecer la división entre las personas. 

La sonrisa del cuerpo es Tai-chi-chuan, la sonrisa de la expresión sería un ejemplo corriente de Tai-chi-vida, entendido -vida- como analogía de la vida corriente, del día a día, el feliz horizonte del Tai-chi-chuan de altos vuelos.


empuje de manos

Sea entendido de una vez por todas que las experiencias grandiosas y la bonanza esplendorosa que brilla en el jardín interno del Tai-chi-chuan, sublima el espíritu y desemboca irremediablemente en el Tai-chi-vida.


INTERRELACION DE LOS CONCEPTOS

Volviendo al Tai-chi-chuan, este sería la totalidad de las situaciones que se presentan en el “encuentro de manos” y que se reproducen en privado durante las “formas”. Pero cada postura-transición de una situación del “encuentro de manos” debe poseer la armonía de la propia postura-transición. Por eso debe gozar de la armonía interna plena de vida (cuerpo, mente, respiración) que nos aporta la sabia del Chi-kung.

Así las cosas, el sentimiento de comunión de una situación de encuentro de manos, quedará finalmente determinada por los tres factores: postura-transición, situación específica y Chi-kung asociado.

Lo que quiero resaltar, es que todo movimiento de Tai-chi-chuan, para una situación concreta queda determinada por la energía necesaria para lidiar con el problema situacional que propone el oponente.

De modo que, si se viola la lógica de las energías para combinar posturas, el resultado no será armonía. Como mucho, el ego que se construye sobre parámetros superficiales nos llevará a creer que lo es, simple y llanamente porque hace posturas de tres al cuarto.

Ligado a esta última reflexión y para comprenderlo mejor, imaginemos por un momento un motor como símil del Chi-kung. Un motor posee una estructura que armoniza consigo mismo, pero si sólo existe el motor sin sistema de transmisión o carrocería de soporte –como simil de postura del Tai-chi-, en el no habrá ningún valor; y aunque lo hubiese, no tendría ningún valor para la armonía Universal o “máximo supremo” que pretendemos con el Tai-chi-chuan. Lo mismo ocurriría con un sistema de transmisión por separado o con una carrocería a secas.

Incluso si estos elementos estuviesen todos coordinados pero no hubiese ninguna persona para conducirlo, seguiría sin valor. 
Sería como una “postura de Taichi-chuan”.  
Se necesita también un conductor. 
Entonces surgirá una sinergia, y como cualidad emergente habrá un desplazamiento del vehiculo con la persona en su interior. 
Eso sería como el Tui-shou del Tai-chi-chuan. 
O sea Tai-chi-chuan al completo. 
De manera que, el Chi-kung por si sólo no tendría un valor como el que tiene el Tai-chi-chuan. 
Pero el Tai-chi-chuan sin el Chi-kung no se puede ni concebir, porque tal cosa no existe ni puede existir. 
Sería como decir el océano sin agua. 
La humanidad sin humanos, o la vista sin ojo. 
O sea que El Tai-chi-chuan sin Chi-kung es vacío, el Chi-kung sin Tai-chi-chuan es ciego. Y quién estime más lo uno que lo otro, perderá lo uno y lo otro. La falta de un elemento, puede transformar una actividad interesante en algo insípido. Y esa falta puede llegar a ser tan trascendente que se pasa de una molestia a algo verdaderamente dramático, dando al traste con todo el sistema.

Esto me recuerda al último motor de un avión. Se lo explico a la luz de un breve chascarrillo.

El capitán del avión cuatri-motor informa a los pasajeros de que debido a la avería de un motor llegarán una hora tarde a destino.


capitan

Al poco rato, el capitán informa de que un segundo motor se ha detenido y tendrán un retraso de tres horas.
Un poco más tarde, el capitán vuelve a informar de un posible retraso de ocho horas por la avería del tercer motor.
Entonces un sacerdote que viaja en el avión, espeta:
Dios mío, como se averíe el cuarto motor vamos a estar aquí detenidos toda la noche…

Y en sentido paralelo, el Chi-kung es como el cuarto motor del avión.


ARMONIA

Ahora bien, por un lado, hay que conocer el problema situacional de empuje de manos, que soluciona la postura técnica, para entender el Tai-chi-chuan. Pero tampoco debe permitir que el caballo corra sin darle el pienso, así que toda postura es alimentada con la energía Chi-kung.
De este modo la armonía será con uno mismo y con los demás.

O sea, con el mundo.

Parece ser que durante una incursión en Asia, un grupo de norteamericanos irrumpieron de golpe y porrazo en una mezquita musulmana. Los musulmanes, entre asustados e irritados empezaron a rodearlos amenazadoramente, cerrando cada vez más el cerco.
Ante el vértigo de tal panorama sin salida, el experimentado Coronel del ejército americano ordenó algo insólito:

marines

¡Marines, rodilla a tierra!
¡Bajen sus armas y apunten hacia el suelo!
¡Sonrían!
¡Sonrían!
¡Sonrían!

Llama poderosamente la atención que, 
ante el hechizo de la sonrisa, 
ese toque divino de pura magia, 
el cerco se abriera confiado y el paso les fuera cedido 
CON OTRA SONRISA CORTES.
Sublime. 
La sonrisa...eso que nos diferencia de los demás animales,
y que sólo tiene un idioma...
 Esa misteriosa comunicación de armonía universal que rebasa fronteras y sobrepasa culturas comenzó a surtir el efecto seductor de la música que amansa a las fieras. 
Y esto es por lo que digo que, 
la mitad de la armonía será nuestra y la otra mitad de los demás.
El Tai-chi-chuan es el encanto de una sonrisa.
Armonizador de buen grado.
Mitad nuestra, mitad del otro.
 Como la luminosa sonrisa,
“la mitad de tu sonrisa es para ti
y la otra mitad
para el mundo”.

sonrisa

Artículo Original de FELIX BARGADOS.
Todos los derechos reservados

jueves, 8 de diciembre de 2016

El camino silencioso del Tai-Chi.

TAI-CHI: 
EL CAMINO SILENCIOSO 

“Hay muchos caminos. 
Y...lo que marca la diferencia diferencia de un camino a otro, no son los hechos;
sino la interpretación de los hechos”


En una mercería, se deja oír una conversación:
¿Tiene botones?
¿De hueso o de plástico?
Por favor, de hueso y un poco de carne para que me lleve las maletas.


Tengamos cuidado de las malas interpretaciones, que nos pueden llevar a caminos equivocados.
En el Tai-chi-chuan se suele interpretar lo SUPERFICIAL y se yerra. 
Por el contrario, si interpreta lo PROFUNDO en vez de lo superficial, seguro que acertará en el camino correcto. Y eso es porque en el Tai-chi-chuan como todo en la vida, lo esencial es invisible a la vista.
Lo esencial es el camino correcto. Pertenece al corazón de las cosas. Al SILENCIO interior de las cosas. 
Y por tanto, es invisible a los ojos.
Es por eso por lo que lo superficial, abunda en el mundo, más que lo profundo. Y tal peculiaridad genera dos tipos de estudiantes de Tai-chi-chuan:
Los buenos estudiantes.
Y…los otros.
La diferencia entre ambos, radica en la interpretación profunda que hace cada uno de los movimientos que a simple vista practicamos todos por igual.
O sea que, no es lo que tenemos, sino como usamos lo que tenemos lo que marca la diferencia.

Los buenos estudiantes de Tai-chi-chuan lo son porque en ellos opera el desinterés de rentabilidad y el de -la dictadura de la imagén-.
 Y a la inversa, cuando un supuesto estudiante de Tai-chi-chuan tiene muchos intereses superficiales, todo lo que tiene de artista se va a paseo, y por ende, se van dos de las grandes virtudes que dignifican y son un clásico en el mundo proactivo de los Artes Marciales:

Retrasar la gratificación.
Invertir en perdidas.

Ambos eccésites, son objetivos en si mismos. Los grandes objetivos a los que  se refiere el factor “TAO” (camino o senda filosófica), en ellos debe residir la satisfacción y la felicidad. En el camino hacia una meta. Es decir, en -el camino de la meta-, no en -la meta del camino-. Y esta, la meta del Tai-chi-chuan, sabemos que no es una meta alcanzable. En parte, por su perfección supra-humana. Pero la sabiduría china, nos enseña que, a menudo las metas no son para ser alcanzadas sino para servir de objetivo en el camino.


¿Qué significa camino?
Observe el momento previo a la comida de un lindo perrito, es en ese momento de, retraso de la gratificación, cuando es más feliz.
Cuando ya está comiendo ya no lo es tanto.
Observe a los niños intentando trucos en patinete.
Una caída tras otra.
Cada caída es una perdida en la que se invierte para disfrutar de conseguir el dominio. No para el dominio mismo, sino que el placer está en el propio conseguir.
En el proceso.


Por tanto, más que hacer cosas grandes, se trata de hacer cosas pequeñas a lo grande. Los objetivos serán siempre pequeños comparados con la meta, pero siendo pequeños, son la vaca grande que nos dará leche todo el tiempo. Y si no opta por los pequeños objetivos a corto plazo, vivirá hipotecado por la frustración  a largo plazo.

Y realmente, lo que nos gusta es  lo que  sugiere la filosofía del Tao del Tai-chi-chuan:  

                       “DISFRUTAR DEL CAMINO”.


El camino es la meta, en vez de la consecución de un final.
En todas las empresas de la vida, -el fin justifica los medios-. 
Es una máxima insoslayable que, por supuesto, hay que entender de dos modos:

1- Todo fin sea el que sea, justifica todo medio. Lo cual resulta insostenible.
2- Algún medio puede justificar algún fin, siempre que este sea suficientemente valioso para una situación concreta, en un momento determinado, y para una persona particular.

Pero podemos dejar al margen esta pequeña digresión, porque en este caso que nos ocupa, el fin NO justifica los medios.
Los medios son el fin en si mismo.
Todo el tiempo es el final.
El Tai-chi está hecho de camino, no de final.
El arte es el medio.
Eso sí es verdadero arte marcial para la armonía interior. Y... el camino de la armonía es lo que pretendemos. Armonía para la calidad de vida y armonía que se trasmite a todo lo que nos rodea.
El peligro es desviarse. Por tanto cabe preguntarse ¿como saber si nos desviamos del camino o no?
Pues simplemente preguntándonos a nosotros mismos, en todo momento, SI LO QUE ESTAMOS HACIENDO HOY, NOS ACERCA AL LUGAR EN EL QUE QUEREMOS ESTAR.

En esta línea argumental voy a sacar a colación una inspiradora fábula metafórica, donde queda explicado hermosamente. 

Trata  sobre dos artistas del Tai-chi-chuan:


Ambos amaban su actividad, disfrutaban de ella. 
Enseñaban a los demás a hacer Tai-chi-chuan. 
Eran maestros de Tai-chi-chuan. 
Enseñaban a dominar la técnica expresión más profunda del alma humana. Aprendiendo sobre el auto-conocimiento interior y a expresarlo. 
Sus ARTES evocaban el misterio inefable. 
Experimentaban juntos el interior del alma humana. Porque lo que conmueve al hombre es la expresividad del Arte; esa expansión de su interior que los hace solidarios
con la sensación de pertenecer a la misma tierra.

Pero… uno de ellos planteó una vez, conseguir más alumnos, en un alarde de cacareado progreso, y empezó a motivar a la gente a hacer Tai-chi-chuan para la elegancia externa, a expresar un hacer más espectacular que los demás. Y para ello, se planteó unas limitaciones de estética e incluso unos patrones prefijados de movimientos de uso estandar e inamovibles. De hecho los motivos originales ya no resultaban prácticos para este objetivo.  Así que se dedicó a competir en estética posicional, y a ser mejor que los demás. A veces aprovechándose de la picaresca de hacer gimnasia y elasticidad para volver sus posiciones más bajas y amplias, utilizando la trampa que se deduce de toda Ley, y a resultar campeón de hacer TAI-CHI decorativo.
¿Curioso?
Nos resulta tan extraño y a la vez tan familiar…

El otro, se ha convertido en Maestro sublime. 
Diletante pero formativo.  
Enseña a enfrentarse a uno mismo, sin ninguna prisa.  
Al dominio personal en las dificultades. 
Enseña los secretos del “arte por amor al arte”. 
Del primor de conocerse y expresarse, a disfrutar de la técnica, a sentir los Secretos técnicos sutiles. 
En ese proceso, sus alumnos van descubriendo un mundo dentro de si mismos.
Intimo.
Profundo.

En sentido contrario, sería corto de miras no admitir que el que hace una cosa con miras a otra, no quiere la cosa misma que hace, sino aquella por la cual hace la primera.

Bien sentado lo anterior, quien opine que lo mismo es -ser- que -parecer-, dirá que ambos hacen lo mismo, porque:

Usan la misma indumentaria.
Usan las mismas formas.
Usan la misma temática.
        
Pero aludiendo a la inteligencia, esta no puede hacer otra cosa que comparar. Y al comparar, entendemos que al igual que no se confunde prisa con velocidad, ni el tocino con la velocidad, no deberíamos confundir la belleza con la excelencia, ni siquiera la perfección con la excelencia. Uno puede ser más espectacular que otro, pero esa belleza del primero o la perfección, no le hace mejor que el segundo, solo más perfecto o más espectacular. “Mejor”, es otra cosa muy diferente que depende de los mensajes subliminales que de ambos se desprenden, los cuales son totalmente disímiles, por no decir contrarios:

Uno, es el camino utilitario, lleno de  intereses. La mascarada del interés por   los resultados superficiales y ornamentales, emolumentos y ganancias, jactancias, recompensas y sobre todo, envanecimientos que alimentan los  egos y que sugieren ser mejor que otros.
Podría decirse que es el estiércol de la gloria.

Ante este panorama, muchos se dicen a sí mismos ¡Ya le encontré el sentido a la vida…era para el otro lado¡ Pero no lo crea, lo contrario tampoco es bueno: Lo contrario es no dirigirse a ningún lado. Un camino sin objetivo. Y el que no sabe a donde dirigirse, puede acabar en cualquier lugar.
Estos son los típicos que aprenden formas y formas de Tai-chi-chuan, y ejercicios y ejercicios de Chi-kung sin ton ni son con una ignorancia enciclopédica. Y cuando consigan aprender Tai-chi, no van a recordar para que lo querían.


 El otro no es precisamente lo contrario, sino el camino del medio, el  camino no-utilitario pero con objetivo. 
Con objetivo SILENCIOSO, personal.
 “Formativo y recreativo”. 
De  profundidades. 
De  sensibilidad,  armonía, recogimiento interior, integración, éxtasis. 
Y como último propósito, liberarse de la tiranía del ego...
 y de la necesidad 
de superar 
a otros.

Artículo Original de FELIX BARGADOS.
Todos los derechos reservados