LAS
ENERGIAS SENSIBLES
DEL
Texto: Félix Bargados
“El que no se pega lo paga”
Y lo
digo en rima porque las cosas que riman son más verdaderas.
Aunque... lo cierto es que no haría falta convencer a nadie, con una simple rima, sobre
algo que se puede probar.
Cuando
toca a alguien en un brazo y se mantiene pegado él, con ese brazo no será capaz
de golpearle. Todo el mundo sabe que si
se quiere dominar al toro, hay que cogerlo por los cuernos. Y al enemigo hay
que mantenerlo cerca.
De modo
que, cuando una parte del oponente se acerca a nosotros, no hay que retirarse,
sino pegarse a él.
Y eso lo
sabía bien una señora que en una perfumería le decía a la dependienta:
-Oiga,
deseo que mi esposo me ponga un poquito de atención ¿Tiene algún perfume que
huela a ordenador?
Volviendo
al tema con el oponente, pegarse a el para entrar en el mundo, sumamente
poblado, de las energías sensibles que toman al tacto como el sentido capital
de captura de información adversa.
Pero
para tamaña empresa hay que comenzar por un principio más accesible.
Para
empezar por el principio deberíamos poner el cuerpo en actitud justa.
Por tanto, lo primero que se aprende es a despreocuparse
y a liberar la tensión interna del cuerpo, para así aprender a usarlo como si
siempre estuviésemos descansando.
EL FLUJO DE ENERGÍA ELASTICA "JIN" (DE BASE)
Imaginemos primero que el aire que nos abraza desde todas
direcciones, nos sostenga igual que nos sostiene el agua. El cuerpo se torna con
una gracia que nos hace sentir transparentes, incluso más livianos que el aire. Nos hace sentir como un
suave vapor que fluye por el aire. Como una nube energética e invisible que se mueve por el aire a voluntad.
Sumergidos
en esta imagen, cada movimiento es una agradable sensación de flujo de
energía elástica que recorre el cuerpo de abajo a arriba, y que va a tomar forma en todas las energías sensibles que le voy a mostrar.
Este flujo de energía básica, es la energía que da pie y forma a todo lo demás. Y lo podemos practicar en el ejercicio la “danza de la energía”.
Esta energía funciona uniforme, sin interrupciones.
Intente recrearlo, primero mediante
un brazo que danza lentificado, al aire, hasta el punto de sentir la suprema compenetración con una energía sutil. Improvisando curvas
fluyentes que funcionan en integración
total del cuerpo, movilizado desde el centro, para jugar con todo el cuerpo
integrado.
Es decir, si una parte se mueve todo se mueve. Inicia el movimiento en el centro del cuerpo y rebótalo en los pies. Estos se hunden energeticamente en el suelo hacia todas las direcciones
como si tuviesen raíces, pero a la vez se tornan absorbentes como una esponja
que puede recibir energía desde el suelo.
El cuerpo se mueve tan
relajado como si fuese invisible, abriendo y cerrando expansivamente y en
repliegue con micro-espirales por todo el cuerpo rellenando todas “las ranuras”
desde los pies, como si cada parte empujase suavemente a la siguiente.
Así funciona el “flujo de energía elástica” del Tai-chi-chuan, dispersando
energía ascendente como un manantial borbotante y proyectándolo a la mano, que parece flotar y pesar a la vez. Flotar por la parte superior y
pesar por la parte baja.
Es como si tuviésemos gas interior que la eleva y agua pesada por
su parte inferior, confiriendo la paradójica simultaneidad peso-flotación.
Nota.- existen varios
ejercicios de iniciación al Tui-shou que ayudan a adquirir esta cualidad. Son
los denominados “brazos de seda” y
ayudan a conseguir el “tono justo”. La cual se trata de poner la flotación
justa y la pesadez justa de las que gozan todas las posturas del Tai-chi-chuan
en las formas.
La
energía elástica posee otras dos cualidades muy características:
Arrastra
lo que encuentra, al igual que el agua arrastra los objetos en suspensión.
Sortea
los obstáculos que se resisten, al igual que el agua bordea los obstáculos.
Pues bien, esta energía sutil (Jin) actúa como una manguera virtual de agua que sale de un deposito (Chi), movido por la
corriente eléctrica de la "mente intención" (Yi), y que se expresa en las denominadas
energías esenciales del Tai-chi-huan. De las cuales destacan en primera instancia, las
energías sensibles propias del capítulo que estamos tratando: "manos sensitivas".
LA ENERGIA ELASTICA "JIN" EN SUS VERSIONES SENSIBLES
Durante la
conexión con el oponente, la energía sensible Jin, adquiere en primera instancia
expresiones de extraordinaria importancia, porque nos informa en tiempo real, sobre lo que el oponente quiere en cada momento.
Sobra decir que una de las
cualidades más preciadas de la archi-famosa sabiduría eterna del “arte de la
guerra”, es la que se expresa a través de la sentencia: “máxima eficacia con el mínimo esfuerzo”.
Y de la que a mi me gusta expresar como: conflicto sin
oposición.
O dicho de otro modo: vencer sin luchar.
Y por supuesto, no dejar rastros de resistencia u oposición.
El resto es selva, aunque a muchos les parezca más lógico lo que le
decía un jefe de gobierno a su homólogo en otro país:
- ¿Y como
puedes estar seguro de que tienes poder si no abusas de él?
A lo que
íbamos, que lo importante es:
“Conocer al oponente y
que el oponente no me conozca a mí”.
A través del poder de las energías sensibles.
Es por lo que existen energías
sensibles. Para sentir. Y con el sentir conocer. Y con el conocer, saber.
Estas energías sensibles parten de lo que depende de uno mismo. Una estructura y posición correcta que supone en sí energías de colocación y después la mecánica de movimiento correcta. Veamos primero las energías que dependen de uno mismo.
Energías de ESTRUCTURA y POSICION
Estas energías de postura se manifiestan en estar COLGADO-SUSPENDIDO de un hilo o energía de LINEA CENTRAL "Ding-jin" lo que exige el buen funcionamiento de la órbita microcosmica. Un tipo de respiración que abriendo las diferentes partes del cuerpo, llega a la cima de la cabeza, haciéndola flotar, y desde ella, colgándose como un péndulo.
Mientras que en sentido contrario, las piernas se unen con el suelo intimamemente, mientras se respira por los pies. De modo que estos se energizan dentro del suelo como las raíces de un árbol. Se denomina energía ENRAIZANTE "Pan-jin". Entonces, el centro del cuerpo comenzará a flotar, y si se dirige la mente a él, se sentirá pleno de energía.
A partir de este punto, se puede comenzar a moverse.
Energía de MOVIMIENTO
Según indica la filosofía Taoista, una máxima es hacer-sin hacer. De acuerdo a esto parece que se debe actuar sin esfuerzos por moverse. Y esa es una de las máximas del tai-chi-chuan, aprender a moverse siempre en descanso. Es ahí donde nacen las energías de movimiento. El cuerpo debe colocarse de tal forma que la bascula interior conducta a FLOTACION "Ti" las extremidades, y a usar la gravedad para permitir la bajada de las mismas en lo que se denomina PESO "Cheng". Eso en cuanto a los movimientos verticales. En cuanto a los horizontales, la pequeña decantación que produce el dan-tien en uno u otro sentido, permite la APERTURA "Kai", o el CIERRE "He" articular, abriendo y cerrando las articulaciones como si fuesen arcos o varas flexibles. Inflando y desinflando el cuerpo. Nunca en tai-chi-chuan nos moveremos desplazando los segmentos corporales con las articulaciones como gozne.
Es de este modo como nos movemos sin esfuerzo ninguno.
Energía de DIRECCIONES
Estas energías, presentes en todas las acciones del tai-chi-chuan, posibilitan la danza armoniosa de adaptación a los movimientos del cuerpo en las diferentes direcciones.
Como un baile.
Y su conocimiento da sentido a la sabiduría de los clásicos: No ir hacia ninguna dirección sin mantener antes un eje central sobre el que pivotar “Eje central (TIERRA) “Zhong ding”. Uniéndose a la tierra, con la energía vacía del ojo del huracán. Realizar los desplazamientos en las diferentes direcciones manteniendo el eje central. Por ello, si quieres ir a la derecha ve primero a la izquierda, equilibrando la acción.
Las direcciones funcionan integrando simultaneamente traslación con rotación más verticalidad. Y las direcciones horizontales son:
Avance (METAL) “Jinbu”. Cayendo sobre la pierna adelantada, con la energía de la marea que avanza.
Retroceso (MADERA) “Tuibu”. Cayendo sobre la pierna atrasada, con la energía de la marea que retrocede.
Derecha (FUEGO) “Youpan”. Dando prioridad al juego de la cintura, con la energía de un tornado hacia la derecha.
Izquierda (AGUA) “Zuogu”. Dando prioridad al juego de la cadera, con la energía de un tornado a la izquierda.
Ahora bien. Ha llegado el momento de armonizar con el otro, para lo cual es necesario adentrarse en las energías que nos ponen en contacto con el entorno. Las ENERGIAS SENSIBLES por excelencia.
Energía de ESCUCHAR-COMPRENDER
Una vez se toca al oponente acaba la incertidumbre del acercamiento del adversario, pero comienza otra incertidumbre, la de donde acabarán sus intenciones. O sea que, con el fin de la incertidumbre, comienza la incertidumbre del fin.
Pero esa incertidumbre desaparece si somos capaces de “escuchar-comprender”.
El contacto y relación entre ambas personas debe ser realizado con la delicadeza de una pieza de seda, evitando así aportar rastros al oponente que pueda leer. Y a la inversa, con la limpieza de tensiones que nos permita escuchar las intenciones del oponente.
Al unirse al oponente, su Chi entrará en contacto con el nuestro, y a través de él, seremos capaces de anticipar sus intenciones. Se denomina escuchar-comprender, esta cualidad que nos aporta la información similar a la de un radar que explora las profundidades insondables del cuerpo humano del adversario, conociendo sus intenciones más intimas. Siempre que sea, por supuesto, la propia intuición junto con el reconocimiento corporal bien entrenado, y no la interpretación mental. Este error se denomina "colapso del canal". Y significa que no daría abasto en la interpretación de los estímulos externos, y por tanto, fallaría al hacerlo.
Por tanto, no tratar de interpretar con la mente.
Dice el doctor al paciente:
-Aunque usted lo disimule, tiene una terrible irritación del ano.
-Pero…¿Cómo lo puede saber si sólo me ha visto el fondo de la boca?
-Hombre, porque se le aprecia una lucecita roja allá en el fondo…
Dejar de interpretar con la mente. La mente siempre crea historias muy raras con tal de completar los datos que nos faltan.
De modo que para resumir esta cualidad doble se puede decir que:
“Escuchar” (Ting) es la habilidad de sentir con la piel de todo el cuerpo, aunque los lugares donde más se puede sentir es en las palmas, en los antebrazos y en las plantas.
Pero esta cualidad no se refiere sólo a sentir a través de la piel, sino a admitir información por la piel, referida a las intenciones del oponente.
Con la práctica, la percepción se afina cada vez más hasta que se siente incluso el aire. El aire se siente como si fuese agua, y siendo tan aguda la sensibilidad, un único punto de contacto con el cuerpo del oponente debe bastar para percibir los movimientos del cuerpo entero del oponente.
“Comprender” (Dong) forma parte casi indisociable de “escuchar” y del actuar en "momentum", sin pasar por el pensamiento. De hecho hay que escuchar para poder comprender y actuar durante la comprensión. Esta energía sensible trata de volvernos "conscientemente actuantes" de cuando el ataque del otro es un simple amago o cuando es un ataque de verdad y actuar espontaneamente. También nos torna "conscientemente actuantes" de todos los parámetros de movimiento del oponente, tanto de ataque como de defensa. Es decir: intensidad, penetración, dirección.
Usted podría ayudar a un invidente a cruzar la calle, y este, apoyando la mano en su hombro guiarse de su movimiento para avanzar. En este momento, él estaría usando la capacidad de escuchar y comprender. Y si usted tiene que sortear un obstáculo, este, por el tacto, debería comprender el movimiento y esquivar también.
La energía escuchar-comprender se estudia en unos ejercicios de manos sensitivas que denominamos “escuchas”.
En estos hay un error que evitar :
Aferrar. Que se divide en resistir o insistir.
Nota.- los ejercicios que se usan para estudiar estas cualidades son los denominados “escuchas” a ojos cerrados:
Toque sensible, impedir el vuelo, esfera multidimensional.
Energía de ESCUCHAR Y COMPRENDER A DISTANCIA
Cuando la capacidad de escucha-comprensión es muy alta, se podrá escuchar-comprender con un leve roce de la piel, como un gato lo hace con sus bigotes.
Ahora sorpréndase, cuando esta energía sensible se magnifica, con el paso de los años de práctica, incluso podrá sentir al adversario cuando este lejos de nosotros. Sin contacto. Y también podría comprenderlo. Se denomina a esta energía “Ca pi xu lin”.
Energía de PEGADO-ADHERIDO
Una de las primeras energías sensibles que se
aplican en Tui-shou es la de “pegado-adherido”
y trata de un pegadizo por ambas partes al modo “tu me tocas yo te toco”. Esta es la cualidad de adaptar la energía elástica que
recorre el cuerpo en energía sensible, como si se tuviesen las manos cargadas
de energía estática, para que al aplicar presión muy sutil bajo la piel,
en los músculos, poder mantenerse conectado
como el tentáculo de un pulpo, suponiendo que este tentáculo sea un sensor de
altísima precisión.
Imaginemos un coche.
Pegado es como un chicle se
pega al neumático de mi coche, o como una cinta adhesiva se adhiere a la piel, mientras
que adherido es como mi neumático se adhiere a la carretera o como un papel se
adhiere al dedo mojado.
Pero con una cualidad energética sutil en ello.
Pruébalo.
Toque con
su mano la superficie del hombro de otra persona. Eso es tocar a flor de piel.
Intente ahora estibar el hombro con su mano. Eso es apretar rígido.
Hazlo
ahora en un relajado toque en profundidad, penetrando con el tacto internamente
hacia el centro de la otra persona. O sea, como
un tentáculo ventosa que se interna energeticamente por el cuerpo hacia las
profundidades. Eso es pegado-adherido.
Ahora bien, no debe haber en el pegado adherido fallos como el del “obstáculo”, que significa aumentar la presión en
el toque.
Ni fallos como el del “espacio” entre medias
de las superficies de contacto.
Tratar de abrazar el espíritu de la sensación
de un pegamento sutil.
Nota.- Los ejercicios
para dominar esta cualidad son los “adherentes”:
Vaivén, rellenar el espacio, adherente alterno.
Vayamos más allá.
Cuando
la capacidad de pegado-adherido es alta, hay energía de muelle-succión (Pan-xi)
en la mano, como la que ejercería una ventosa, y se puede entrenar con un
balón, creando un vacío en el centro de la mano para succionarlo.
Toda
energía de pegado-adherido debe expresarse en profundidad, palpando internamente en el compañero, con
el espíritu de penetrar la piel tanto para capturar la información, como para
impedir acciones violentas. Porque cierto es que, no hay nada como tocar un puño con suavidad, para que este
tenga dificultades en golpear.
A vista de un "ojo microscopio", o de una mente muy minuciosa para comprender, se advertiría que, cuando la
mano del experto en Tai-chi-chuan, A se “pega” en un
punto A1, el experto B se “adhiere” en un punto próximo, pero no en el mismo. Ambas
acciones instantáneas producen una interconexión pegada-adherida próxima a un metal
imantado. Esta fantástica cualidad se mantiene durante todo el tiempo que dure cualquier ejercicio de manos sensitivas, o mientras se realizan todo tipo de maniobras de Tai-chi-chuan.
Energía de CONEXION
Pero para su operatividad durante el movimiento continuo que exige el Tui-shou, el pegado-adherido y el escuchar-interpretar deben poseer otras sub-cualidades operativas, maravillosas e infinitas que denominamos “conectores” (Jie).
Conectores, son los mecanismos que se usan para maniobrar con las ondas de energía de movimiento del oponente, mientras se mantiene el pegado-adherido.
Estos maravillosos mecanismos que le voy a desvelar, son:
Descanso, soporte, pivote, rodamiento, transferencia, intercambio.
Imaginemos que jugamos con una banda de seda medio hundida en el agua.
Puedo descansar en ella sutilmente, puedo soportarla por debajo, y después puedo pivotar la mano sobre un punto o rodar de la parte de arriba a la parte de abajo sin perder contacto. Por último puedo transferir la mano de un extremo a otro de la cinta o intercambiar una mano por otra sin pérdida de contacto. Con esa misma sutileza podemos jugar a apoyarnos o soportar la extremidad del oponente, moviéndonos con el durante el impás de pasar de arriba abajo, de pivotar sobre un punto o al pasar de un punto a otro con el mismo o diferente brazo.
Energía de SEGUIMIENTO
Todo lo dicho nos lleva a concluir que debemos actuar sin intervención de la mente pensante y
creadora de teorías.
Entonces entra en juego otra energía sensible, la
de seguir al otro. Suavizando de este modo toda resistencia Y evitando caer en la agresividad de
llevar la contraria a las claras y por la fuerza, para luego y con dulzura, transformar la situación.
Seguir al otro (Sui) significa
que no debemos actuar en ningún punto, contrariando a la fuerza del oponente.
En este
juego, también hay que evitar el fallo de:
Descontactar. Que se divide en escapar o adelantar.
Energía de ENLAZAR
Debe cuidarse de no escayolar el final de
la técnica, porque si el oponente realiza una contramedida, debe poder “seguir”
y después enlazar con otro nuevo ciclo y en perfecta solución de
continuidad.
Con esto quiero decir que, después de
emitir la energía no se frena bruscamente, sino que se sigue un poco en la
misma dirección, redondeando la acción, antes de rebotar, a fín de no dejar
rastros de la acción en el sistema de escucha del oponente.
Después de la fase sensible de “seguir”,
somos propietarios de la fuerza del oponente, tomándola prestada con un poco
más de energía por nuestra parte, hacia un ángulo de perturbación, sacándole de
su centro.
Esta capacidad de alteración no es más
que un ingenioso “sistema de guiado activo”, sobre-extendiendo o
recortando su intención, al socaire de la fuerza del enemigo, siguiendo la
inercia en la dirección que el oponente ha puesto su intención, para así “dar
la curva” o desestabilizarle de acuerdo con la “teoría dimensional”: profundidad
(de adelante a atrás), anchura (de lado a lado, cruzándole) en altura (dirigiendo
la fuerza desenraizante hacia abajo).
Esto puede dar lugar a uno de los
siguientes arquetipos tácticos de base:
Sobre-dimensionar
Extender al oponente, absorbiéndolo,
llevándole más allá de donde estaba dispuesto.
Infra-dimensionar
Encoger al oponente, expandiendo,
acortando su movimiento mientras lo desarrolla.
Es
importantísimo para sentir esta energía sensible, olvidarse de uno mismo (sin ego) y seguir los
movimientos del otro, como un nadador avezado sigue una corriente de agua para
alcanzar la orilla sin luchar en contra. Lo que quiero decir es que, no debemos
imponer nuestra acción, sino que por el contrario, debemos adaptarnos a la del otro. Esto encaja
perfectamente con el principio Taoista de “no hacer”.
Pero hay más.
Esta cualidad de seguir la fuerza del
oponente en todo momento va unida indisociablemente a la de unir la nuestra
siempre a la del otro en “fuerzas
coincidentes”, lo que denominamos “guiar
al otro”. Guiarlo tal y como guía un futbolista con su pie un balón, con suaves toques,
que van en la misma dirección de la marcha. Y esto es válido tanto en la práctica del Tai-chi como en la vida misma.
Estas energías
sensibles que se estudian en el Tui-shou, son las responsables del contacto y
de la información entre ambos.
La información de la mente no sirve en estos
casos.
La información de la mente es como la de Internet.
No va al momento exacto.
Dice un
cirujano en plena operación y en el momento de máximo riesgo:
-Enfermera,
métase en Internet. Vaya a OPERACIÓN.COM y haga clic en el icono de “que hacer
cuando estas completamente perdido”.
La información
en Tui-shou debe partir de la intuición corporal.
De la escucha sutil, y
amoldarse al otro como dos cursos de agua que convergen. El de menor caudal se deja
absorber por el de mayor caudal, uniéndose a la fuerza del otro para superarlo.
Hay que amoldarse como una mano al guante, dúctil, en profundo relax. Hay que sentir
profundamente la superficie que se toca. Inatrapable
como el agua, cambiante con las contingencias del
entorno, y adaptarse al
recipiente que lo contiene.
Artículo Original de Félix Bargados
Todos los derechos reservados.
CONTINUARA…
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